Las Anclas de la
mente
Amada persona de Dios. Salud a tu
divino ser! ¿cómo has estado? Espero que muy bien. Paradójicamente, la pregunta que te
acabo de realizar, es buena para introducirnos en el tema del título: las anclas
mentales.
Sabes por supuesto que es un ancla,
así que imagina que tu ser es el barco. Las personas no solemos tener bajo control las
anclas de este barco. Esto quiere decir que la mayoría de las veces, se sueltan ante el
más mínimo movimiento. Eso hace que le barco se detenga donde no debe hacerlo. Las
anclas deberían ser solatadas ante la orden del Capitán del Barco, una vez que está en
agua tranquilas, o cuando haya llegado a buen puerto nuestra embarcación. No antes.
¿Me vas siguiendo? Lo que quiero
decirte ( y decirme, porque estamos reflexionando juntos) es que nuestras anclas se
sueltan sin que nadie de la orden. Están tan sensibles, tan poco aseguradas y firmes, que
ante movimientos del barco, o tormentas, ya se lanzan por sí solas, mientras el barco
avanza. Eso hará que cuando hayamos recorrido un no muy largo trecho, seamos jalados, y
como nos seguimos moviendo, daremos vuelta en círculos. ¿Y cual será el centro del
círculo? El lugar donde el ancla está clavada.
Ahora sí estamos en problemas. No
podemos avanzar, aparentemente estamos prisioneros de un elemento de nuestro propio barco
que nos hace dar vueltas en círculo, uno que no escuchó la voz del Capitán, sino que se
suelta ante el menor inconveniente. Esas son las anclas de la mente.
Y quiero que veas bien esta imagen,
jutno a mí. Yo no estoy libre de ellas, a mí me hacen dar vuelta en císculos muchas
veces. Yo no habla con ninguna autoridad, sólo comparto lo que me pasa, y que sé que a
la mayoría de las personas les pasa. Quiero que aprendas también de mis momentos
difíciles, de mis caídas, de mis lastimaduras. Es muy elocuente hablar como un maestro,
pero no lo soy, así que escucha: las anclas de mi mente se han soltado, y debes ver cómo
me afecta, cómo eso detiene a cada ser humano, y lo mantiene prisionero sin permitir que
su barco navegue hasta buen puerto.
Hablábamos hace semanas del dar,
luego de los ciclos de la mente, luego del perdón. Cuando nos aferramos a algo a través
de nuestra mente, estamos anclados. Vivimos la ilusión de que seguimos navegando, pero no
es así. Nuestro barco está dando vuelta en círculos, y viviremos los mismos momentos
una y otra vez hasta que digamos: AH!, es eso, estoy otra vez pasando por lo mismo, porque
no he levado el ancla! Estoy prisionero de un círculo, y paso una y otra vez por los
mismos lugares. No podré continuar con este viaje si no levanto el ancla.
Las anclas se suelen echar en los
siguientes lugares, así que márcalos en tu mapa de ruta:
Te los hago marcar porque son los
que están en mi mapa. Son aguas intranquilas, peligrosas, donde muchos barcos naufragan.
Toda embarcación a la que se le suelten anclas en estas aguas, corren peligros de
naufragio. Pero los buenos navegantes no huyen de ellas, por el contrario: las recorren
para conocerlas. Sólo debes entregarte al Capitán de tu barco. Y muchas veces creerás
que está loco por hacerte atravesar estos sitios, y probablemente, cuando creas eso, ante
el terror, dejarás caer las anclas.
Hasta aquí la reflexión en forma
de metáfora. No te conformes con entenderla. Identifícate con las situaciones que
atraviesas, y que te tienen dando vuelta en círculos. Ponlas en el foro.
Por ejemplo: yo suelo tener echadas
mis anclas en la mayoria de estas aguas, pero soy tan torpe marinero, que cuando el
capitán me libera de alguna, voy por inercia hacia otra. El deja que yo aprenda de mi
error, pero a veces es uno tras otro, y nunca llega la libertad. Y me pregunto ¿no será
que temo inconcientemente arribar al puerto?. A propósito, muchos llaman a esa puerto
Iluminación, otros marinos lo han anotado como Trascendencia.
Mi amada compañera, me acercó
este libro cuando hablábamos de las cuestiones que nos atan. Y creo que algunas palabras
de aquí son útiles para comenzar a levar anclas. Pertenece a Conny Méndez, y el
extracto dice así:
NEGACIONES Y AFIRMACIONES
Frente a una enfermedad propia o ajena:
Niego la apariencia de toda afección física. No
la acepto ni para mí ni para nadie. La única verdad radica en el espíritu y todo lo
inferior se amolda a mi palabra, al yo reconocer la Verdad. En nombre de Jesucristo que
nos autorizó, decreto que todos somos Vida. La Vida es salud, fuerza y alegría. Gracias
Padre que me has oído.
Frente a todo temor [propio o ajeno) :
Niego el temor. Dios no creó el temor, luego no
tiene otra existencia que la que yo le quiera dar, y yo no acepto, no deseo más esta
apariencia creada por mi. Suelto y dejo ir toda sombra de temor en mi (o en ti). Juan
Apóstol dijo: "el amor desarraiga todo temor". Dios es amor, yo soy su hijo,
soy hecho en, por y de amor. Esta es la Verdad. Gracias Padre.
Frente a toda tristeza (propia o ajena) :
Niego la propia existencia de esta tristeza,
[pena o depresión) Dios no la autoriza. Borro en mí toda tendencia a la negatividad. No
la necesito. No la acepto. Dios es dicha, gozo, alegría. Yo soy dicha, gozo, alegría. ,
Gracias Padre por... (Comienza a enumerar todo lo que tengas, hasta lo más
insignificante)
Frente a cualquiera falla o escasez:
Niego toda apariencia de escasez. No es la
Verdad, no lo puedo aceptar, no la quiero. La abundancia de todo es la Verdad. Mi mundo
contiene todo. Ya está todo previsto, todo dado por un Padre todo amor, sólo tengo que
reclamar mi bien. Señálame al camino, Padre, habla que tu hijo te escucha. Gracias
Padre.
Frente a todo lo que no sea armonioso:
Niego la inarmonía. No acepto esta apariencia de
conflicto. Dios es armonía Perfecta. En el espíritu no hay choque, no contrariedad, ni
lucha, ni cosa alguna que se oponga al cumplimiento de la perfecta armonía. Gracias
padre, bendigo Tu Armonía en esta circunstancia
Fin del extracto
Quizá mi alma compañera de ruta, sean
estas buenas órdenes para levar anclas. ¿Recuerdas esas películas donde el Capitán da
la orden, y los marineros se pasan la voz? Será hora de empezar a gritar más fuerte, y
navegar con alegría por el Supremo Océano de la Existencia Humana, confiando en nuestro
capitán y en que nos eligió como sus marinos. Por algo será ¿no lo crees?...
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home